Mucho antes de la batalla entre humanos y dioses, existía un dios que administraba justicia. A medida que juzgaba y condenaba a un ser tras otro, se hizo más fuerte, pero a la vez empezaron a confundirle sus incontables pensamientos y emociones. Poco a poco comenzó a perder el poder para condenar, y se dice que el Gran Dios Emperador lo relevó de su puesto, aunque no hay pruebas para afirmarlo. Existe otro relato más que explora la posibilidad de que, poco después de que el ángel oscuro se debilitara, él mismo pasara por la espada del juicio.
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